Resulta complicado establecer unas pautas generales para realizar una inmovilización, ya que podemos encontrar esguinces, luxaciones y fracturas en prácticamente todos los huesos del cuerpo. Por ello, en este apartado únicamente me centrare en la inmovilización de brazos y piernas.
Antes de nada, te daré algunas recomendaciones generales.
- Habla con el herido y explícale todo lo que vas a hacer. Intenta buscar su colaboración.
- Cuando muevas la pierna o brazo intenta hacerlo con movimientos lentos y fluidos
- Nunca agarres en la zona donde sospechas que se encuentra la lesión, agarra de las zonas cercanas en las que no hay dolor.
- Si se trata de una lesión en una articulación, inmoviliza completamente el hueso que está por encima y el que está por debajo.
- Si por el contrario se trata de una fractura en mitad de un hueso, inmoviliza desde la articulación que está por encima hasta la que está por debajo de la lesión.
- Almohadilla la zona que vayas a inmovilizar.
- Intenta inmovilizar la zona en una posición lo más natural y cómoda posible.
- No intentes reducir y evita alinear una fractura si puedes.
Lesión en cuello

Ante un gran accidente, como en una gran caída, debemos sospechar siempre lesión cervical. Especialmente si la victima manifiesta dolor en la zona, tiene problemas de sensibilidad o movilidad de sus extremidades o el golpe a afectado directamente a la cara, cabeza, cuello o espalda. Aunque la rutina en estos casos ha sido colocar un collarín, ya sea utilizando un modelo comercial o improvisándolo, la investigación y recomendaciones
actuales desaconsejan esta práctica, ya que se han encontrado efectos adversos como la elevación de presión intracraneal.
Por ello, la recomendación general es la de sujetar manualmente la cabeza de la víctima, intentando restringir el movimiento en cualquiera de sus ángulos, hasta la llegada de un servicio de rescate.
Lesión en hombro, brazo y codo

Para la inmovilización de lesiones que afecten desde el hombro hasta el codo, podemos recurrir a su inmovilización mediante un cabestrillo. Este se puede realizar con un vendaje tipo Velpeau, un pañuelo triangular o de manera improvisada con la propia ropa.
Con esto conseguiremos que el brazo descanse sobre la sujeción, la vez aprovechamos el tórax para darle soporte a la zona lesionada.
En el caso del codo, esta técnica únicamente se podrá realizar si la persona previamente tenía el codo flexionado y tolera la esta inmovilización.
Lesión en el codo, antebrazo y muñeca

Para lesiones que van desde el codo hasta la muñeca, debemos recurrir a colocar una superficie rígida que de soporte a la lesión. En el caso del antebrazo y la muñeca, podemos complementar la inmovilización con un cabestrillo que de soporte.
Si la lesión se encuentra en el codo, y previamente tenía el brazo extendido, tendremos que inmovilizarlo en posición recta, como si se tratase de una inmovilización de rodilla.
Lesiones de la cadera y parte media-alta del muslo
Las lesiones que afectan a la cadera y a la parte media-alta del fémur, deben ser consideradas de alta gravedad. Ya que por esta zona pasan vasos sanguíneos de gran calibre, y una mala manipulación podría acabar provocando una hemorragia masiva.
Además, su inmovilización con recursos de fortuna requiere de gran experiencia en inmovilización de heridos por parte de quien la realiza, ya que normalmente este tipo de lesiones se inmovilización con equipos muy específicos.
Lesiones de la parte baja del muslo, rodilla, pierna, tobillo y pie

La inmovilización de la parte baja del muslo, rodilla, pierna, tobillo y pie, es similar a la anteriormente vista para el codo, antebrazo y muñeca. Igual que en las inmovilizaciones anteriores, estas se pueden realizar con férulas de aluminio, si disponemos de ellas, o improvisándolas con la mochila o ramas.
Existen diferentes posibilidades, una de ellas es colocar una férula de aluminio. En el caso de que no dispongamos de este material, siempre podemos improvisar con la mochila, unas ramas, y en el caso de una lesión en las piernas, siempre podemos recurrir a intentar fijar una pierna a la otra.
La única diferencia es, que en el caso del tobillo este siempre tendrá que ser inmovilizado en ángulo