Hipotermia Accidental en Montaña

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Que es la hipotermia accidental en montaña

Entendemos la hipotermia como el descenso de la temperatura corporal por debajo de los 35º C. En el caso de entornos montañosos, donde encontramos condiciones climatológicas adversas como viento, lluvia, nieve, entre otras; favorecen el desequilibrio entre generación y pérdida de calor, especialmente cuando la persona ha sufrido un accidente y presenta otras patologías como una hemorragia masiva o un politraumatismo. De hecho, la hipotermia es uno de los componentes clave en la “tríada letal” de las víctimas con lesión traumática. Todo esto favorece la aparición de esta patología en este medio

Dificultades para determinar la hipotermia en una víctima en montaña

Determinar con precisión la temperatura corporal en un entorno natural puede resultar complicado ya que habitualmente no se dispone de termómetros epitimpánicos, u otros similares como los esofágicos, que permitan medir con exactitud la temperatura corporal. Además, los termómetros habituales como los óticos o los axilares suelen tener como límite inferior de trabajo los 35ºC, lo que hace imposible determinar el grado de hipotermia.

Actualmente existen instrumentos como la escala suiza para clasificación de la hipotermia accidental en montaña, que permite graduar la gravedad de una víctima en hipotermia mediante la observación de signos, sin tener que determinar la temperatura. Esto es importante ya que, dependiendo del grado de hipotermia, ciertas acciones como mover a la víctima pueden estar recomendadas para generar calor, o contraindicadas por poder desencadenar arritmias.

Impacto de la hipotermia accidental en montaña

Los siniestros en montaña sean por la patología que sea, representan un gran reto en las emergencias extrahospitalarias, debido a las dificultades que tienen los equipos de rescate para llegar y acceder a los sitios, lo que genera grandes demoras en la asistencia de una víctima. Así como las limitaciones para el traslado de material sanitario.

Según el estudio de Sierra E. et al, el 36,5% de las patologías no traumáticas fueron debido al medio, siendo el 68,9% por hipotermia. Sin embargo, como refleja este mismo estudio, sólo el 7,8% de los rescates fue por patología no traumática, representando el trauma la principal causa de rescate y mortalidad. Esto nos puede hacer pensar que la incidencia de la hipotermia en montaña es baja, sin embargo, como señala Iñigo Soteras, esta patología puede estar infradiagnosticada, ya que un incidente que provoque la inmovilidad de una víctima expuesta a climatología adversa sin posibilidad de protegerse va a favorecer la aparición de este problema. Y actualmente la patología traumática es la principal patología en montaña. Además, tal como señalan Zürcher S. et al, que analizaron las circunstancias y causas de muerte de excursionistas, la hipotermia fue la principal causa de muerte en aquellos casos en los que la persona iba sola y sufrió una caída no letal

Importancia de los primeros intervinientes en montaña

Por todos estos motivos, la figura del primer interviniente en montaña juega un papel fundamental para la supervivencia de la víctima. Ya que, ante un incidente con víctimas en montaña, son los propios montañeros los únicos que pueden prestar esa primera intervención hasta la llegada de un servicio de rescate profesional. Un ejemplo de esto fue la caída que sufrió en el Dhaulagiri el alpinista español Juanjo Garra. El cual tras sufrir una caída acabó con una fractura de tibia y peroné cerca de los 8000 metros de altitud.

Durante los días que duró el rescate recibió principalmente ayuda de Keshab Gurung, quien lo acompañó en unas condiciones de supervivencia extremas, ya que por la noche la temperatura descendía hasta los 20 grados. Tras casi 4 días sobreviviendo en la montaña, un grupo de montañeros organizados como grupo de rescate consiguió llegar donde se encontraban, sin embargo, y a pesar de haberle realizado maniobras de reanimación, acabó perdiendo la vida.

Panorama actual de la formación de primeros intervinientes en montaña

Actualmente existen programas de formación en asistencia sanitaria en montaña como el “International Diploma/Certificate of Mountain Emergency Medicine” que cuenta con el respaldo de la Comisión Médica de la Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo (UIAA), la Comisión Internacional de Socorro Alpino (ICAR) y la Sociedad Internacional de Medicina de Montaña (ISMM) que se ha convertido en una de las formaciones más reconocidas a nivel europeo. Sin embargo, están enfocados para profesionales como médicos, enfermeros, paramédicos, rescatadores en montaña y guías, y no está indicado para primeros intervinientes.

Por otro lado, tenemos la experiencia de Pawel Podsiadlo et al en su estudio “The use of e-learning in medical education for mountain rescuers concerning hypothermia” donde mostraron el impacto de una formación a través de una plataforma de aprendizaje e-learning para rescatistas de montaña profesionales y voluntarios. El programa estaba enfocado al reconocimiento y manejo de la hipotermia en montaña y demostró su eficacia aumentando el conocimiento de los participantes tras realizar la formación.

Justificación Programa de formación específico en hipotermia accidental en montaña

Todo esto justifica la necesidad de un programa de formación específico para la prevención, el reconocimiento y el manejo de la hipotermia accidental en montaña, destinado a cualquier persona que practique con asiduidad montañismo, en cualquiera de sus modalidades, y que por lo tanto sea susceptible de presenciar un siniestro en montaña, pudiendo llegar a ser su intervención crucial en la supervivencia de la víctima